– ¿Dónde estoy? – dijo Megara asustada ya que se encontraba en un sitio desconocido para ella-
– Hola Megara , o ¿prefieres que te llame Luna?, hacía mucho que no te veía…
– ¿Lu-Luna? ¿quién eres tú? (consigue ver una extraña silueta oscura, de un chico tal vez… La poca luz que hay deja ver un reloj de pulsera con simbología maya…)
-No seas impaciente mi querida Lunita, todo a su tiempo… Considérame un viejo amigo, no tengo mucho tiempo así pues debo marcharme. Volveremos a vernos Luna.
-Abre los ojos- ¿Solo ha sido un sueño?, mmm… eso parece.. Bueno debo vestirme, ya es casi la hora de ir al instituto, sería feo llegar tarde el primer día.
-Al terminar las clases-
– ¡Megara!
– ¡Ah Nayara! Eres tú -sonrie-
– ¿Viste? ¡Este año volveremos a estar juntas en clase!
– Eh.. si.. es genial -sonrie sin mucho ánimo-
– ¿Te pasa algo? Pareces distraída…
– Por algo eres mi mejor amiga -sonrie mientras le cuenta el sueño de la pasada noche-
-Entonces… ¡¿Crees que es un.. fantasma?!
– No estoy segura… Pero ese reloj… Es muy posible que lo sea…
– Deberías contárselo a Lucía, ella es buena averiguando este tipo de cosas… Ya sabes que puede ver el pasado, presente y futuro con sus cartas…Bueno tengo que irme a entrenar, ya sabes que tras el instituto voy a la academia..
-¡Es verdad! Bueno vete tranquila Nayara, yo iré a casa de Pablo y Lucía ahora.
-¡Hasta mañana Megara!
-¡Hasta mañana Nayara, mucho ánimo en tu entrenamiento!
Después de comer, Megara se pone en camino de la casa de Pablo y Lucía, solo había ido dos veces, y por ello le daba un poco de vergüenza ir, aunque había avisado por teléfono previamente, así que debía ir sí o sí.
-Llama al timbre y le abren rápidamente- La casa era enorme, siempre se sorprendía, a veces se le olvidaba que Lucía y Pablo pertenecían a una familia de muy buen renombre y mucho dinero.
– Hola Megara, por fin llegaste, parecías preocupada por teléfono… Pasa pasa.
Una vez en el cuarto de Lucía, Megara cuenta lo ocurrido y Lucía saca su baraja.
-Bueno Megara, yo solo puedo ver el tiempo como sabes, quizás si miramos tu pasado sepamos algo más… Sostén mi mano
– Vale..
De pronto una ráfaga de viento rompe los cristales y Lucía es golpeada y quedada inconsciente.
-¡Lucía! ¡¿Estás bien?!
La puerta se abre de par en par y Pablo entra en la habitación.
-¿Qué ha sido eso? ¿Que ha pasado aquí Megara?
-Llora- No lo sé Pablo, tu hermana está inconsciente, necesitamos un médico.
-Rápido coge ese frasco del escritorio y haz que respire su aroma, iré a llamar al médico para que la reconozca.
-¡Voy!-coge el frasco y lo pone junto a su nariz para que lo huela- ¡Está volviendo en sí!
-Megara… Pablo… Le he visto…
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