Tus manos son el lugar favorito de tu casa porque es sólo en ellas donde puedo dormir,
su sudor y y calor son una cobija para el frío de la noche pero también para el espiral de los sueños.
Son una cuna para cuando me hago pequeña ante ti, para cuando la vida me hace indefensa
como una hormiga.
Ellas me conducen hacia cada recoveco de tu piel,
me dan un paseo por tu mundo, por cada cosa que palpas y descubres.
Estan surcadas de caminos que me llevan a la mansión de tu pecho cuando lo tocas
y lo aprietas conmigo entre ellas cual si fuera yo un trozo de sangre congelada.
Son el lecho donde conmigo duerme el silencio y sueña con besar el alma de las palabras,
son los espejos para contemplar la primavera celeste, el casi olvidado florecer de las estrellas,
y para reír y llorar en los segundos en los que con ellas descubres algún secreto
que por muy escondido en mi cuerpo siempre se vuelve revelación en el mundo de tus manos.
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