Te digo que tienes ojos eléctricos,
que en ellos la lluvia se azota como un ave herida en su intento de romper el cristal del tiempo
y gime y su gemido inunda al viento
Les digo que son una línea de fuego
que mi alma como un paloma en sacrificio cruzó para quedar atrapada
y es que toda mi alma se fue en palomas hacia la hoguera de tus ojos,
fozas de muerte y renacimiento.
Tus ojos son infierno en los que Lucifer llora eternamente por su nube perdida,
tus ojos son cielo para los ángeles apresados en las rejas del relámpago,
en ellos como en una jaula se debaten las almas de las aves antes de un nuevo alumbramiento.
El día y la noche entre plumaje de cuervos se pelean la supremacía del amanecer
y la corona del sol rueda y el cielo con la tierra danza en un combate de acha y trueno
y es que no soy más que una sombra encondida entre el diluvio y las calles que habitan tu rostro.
Te he dicho que vuelves a colmarme de dolor con los versos de tu mirada
que ella ha vuelto a subir la escalera de mis sueños como un trueno que escapa a las estrellas,
hay una serpiente que se enreda a la oscuridad de los ojos
con ella vuelves a ofrecerme los frutos de árbol del Edén
de ellos como y lloro y escupo semillas de agua,
para volver a recordar que te he perdido
para saber que en esta calle que tus ojos han abierto para mi ya no volveré a verte,
ni a devorar entre el silencio y la apatía esos besos de ladrillo que se construían en tus labios
Te he dicho que tus ojos nacen y mueren y como las lunas son los mismos para siempre
pero más cansados por alumbrar a escondidas mis pasos
Te dicho que tu mirada tiene un pecho,
un lento corazón que me acurruca en los recuerdos de su sangre
Y es que bebo de esa sangre
ahora que tu mirada vuelve como un ángel redentor,
como una estrella estática que vigila el paraíso de sentirte
lejana mirada de halcón que ya ronda por mi alma tras el sacrificio del amor
He roto un piedra de melodías en el intento de recordar tu canción
la que inrrumpe descompuesta en la memoria,
y es que es todo lo que quiero decirte antes de perderme para siempre en tus lágrimas
es ese afán de canción, son tus ojos, arpegios de tormento
llanto ejecutado por un violín bajo la lluvia, en un rincón del Hades.
Le digo a tus ojos que me olviden,
a tu mirada que regrese a las pupilas del pasado
así el amor me prestará tiempo en los espejos de otro rostro.
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