Me hubiera gustado nacer un 23 de abril. Compartiría pastel, mañanitas y felicitaciones del facebook con mis libros.
Es inevitable que leamos, es impensable que no nos lo enseñen. Los papeles que lo certifican ya están comprados y con ellos la UNESCO juega a hacer clasificaciones de países.
Las personas que leen libros ya no se entienden con las que no lo hacen, ¡castas modernas!
Conglomerados sociales pavimentados en ausencia de libros, o sociedades cultas enfermas de obesidad intelectual… ¡Cuál es la diferencia?
Quemar todos los libros o quemar a quien lo propuso, ¡ironía de los argumentos!
Tal vez alguna vez se eliminen los libros, pero no su poder: Yo advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se describen en este libro.
Leer mucho, mucho, mucho te da todas las razones para saber porque los lectores viven frustrados.
No hay nada más placentero que leer un libro escondido, prohibido, o agotado… el mío está agotado.
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