Viajando por el tiempo

(primera de dos partes)
−Abuelo, tú me prometiste que si sacaba puros dieces, me ibas a llevar en tu máquina del tiempo por todas las épocas de la tierra, las pasadas y las futuras.
−Está bien, déjame decirles a tus papás que vas estar conmigo en tus vacaciones. Voy a poner en orden todos mis asuntos. Y nos vamos.
−¡De veras, tienes una máquina del tiempo?, ninguno de mis compañeros de la escuela me cree.
−Es mejor así. Y sí, tengo una máquina del tiempo. Nos vamos dentro de 15 días.
El día señalado está Arturo, un niño de 8 años de edad, y el abuelo Beto en el andén de las avionetas particulares de éste.
−Y, ¿dónde está la máquina del tiempo, abuelo?
−Ahí, súbete a la avioneta especial mientras acabo de firmar unos papeles.
−¿Eso?, ¡es una avioneta normal! Me estas vacilando, no quiero ir. –Se cruza de brazos y frunce la boca.
Ya subidos.
−¿A dónde quieres ir, Arturo?, edad antigua, edad media, alguna guerra civil, esclavitud, al futuro, a donde quieras.
−Me da igual. Yo creía que íbamos a estar en una especie de cilindro, o algo así, y que con mucha energía íbamos a desaparecer y apareceríamos en alguna época, y conoceríamos cómo vivían; o si fuéramos al futuro, nos subiríamos a coches que vuelan por toda la ciudad. Y esto es una simple avioneta. ¡Te pasas abuelo!
−Vayamos primero a una Era en la que el planeta no estaba habitado por seres humanos. Luego nos vamos a la edad media, y terminemos en alguna ciudad futurista. –Después de muchas horas de vuelo, solo haciendo escalas para tomar combustible, llegan a un lugar inhóspito, despiertan a Arturo.
−¡Mira Arturo, estamos en una etapa temprana de la Tierra!, mira esos paisajes, mira el río, hay cocodrilos, aves exóticas.
−¿podemos bajar, abuelo?
−No creo que sea buena idea, hay muchos peligros, y nadie nos podría auxiliar. Mejor vamos a otra época.
−¡Sí nos pueden rescatar, estamos en nuestro mismo tiempo! Pero, está bien, vamos a otra época, según tú.
Cuando se duerme Arturo, le dice el abuelo Beto al piloto.
−Dejemos el Amazonas y vayamos a Besalú, España, trasportémonos a la Edad Media. Al llegar, despiertan a Arturo cuando baja la avioneta.
−Mira Arturo, estamos en la Edad Media, vamos a una taberna, tomaremos vino.
−¡De veras abuelo, vamos a una taberna!, a mí no me gusta el vino, yo prefiero un vasito de agua de limón!
−En la Edad Media no se tomaba agua porque no había los procesos de purificación que hay hoy, y morirían de infección; todos tomaban vino o zumo de las frutas. Vamos a recorrer la población, ve cómo se visten, y trata de captar el ambiente, mucho más tranquilo que en nuestra ciudad y nuestra época del 1998.
−Ya me aburrí abuelo, además, vi teléfonos, televisiones y refrescos como los nuestros; mejor vamos al futuro.
En la avioneta, cuando se duerme Arturo, le dice el abuelo Beto al piloto.
−Ricardo, llévanos a la ciudad más avanzada que exista… No, mejor, conecta el botón para que la avioneta se vuelva en nave que viaje en el tiempo, vamos al año 2018. Quiero ver si hay avances significativos de ahora en 20 años… lo que no creo. Pero necesito esta información para redireccionar mis empresas; además, le daremos una sorpresa a Arturo. Aunque él nunca se va a enterar que realmente viajamos por el tiempo hasta que termine la carrera de físico cuántico y le herede mi avioneta especial.
−¡Pero señor, hemos perdido 4 naves que se han ido y no han regresado!
−Sí, pero con la nueva información que adquirí, corregí el error en los cálculos, y en la hechura de la nave. Tengo a los mejores físicos, ingenieros, técnicos, ¿qué podría salir mal? Además, no arriesgaría a mi único nieto, a quien le voy a dejar toda mi tecnología secreta, y mi capital, nada despreciable, ¿verdad?, y tú, serás ampliamente recompensado.
−Está bien, señor. Preparando las cabinas personales para el traslado por el tiempo. Ya está el reconocimiento de voz, puede decir la clave para el cambio.
−Sí, “El Señor es mi pastor, nada me falta. Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo.”
Cuando despiertan…
C O N T I N U A R A

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