Desde mi sillón de piedras, frente al televisor,
cada mañana observo el intento del sol, su huida,
su arrepentimiento y su regreso a los brazos de la nubes ancianas.
¡Como llora acurrucado en la maternidad de sus abuelas!
Entre paredes mutiladas,
Entre los escombros de mi templo,
Veo acercarse a figuras de mármol
vendiendo agua, en pozos de plástico.
¡Cómo ha cambiado el agua, se ha vuelto arrogante,
ha olvidado a los peces desde que vive en casas de cristal!
A las tres de la tarde cuerpos de plomo tocan a mi puerta,
me ofrecen fuego barato en encendedores de colores
para fumarme las cenizas del aire.
¡Que excéntrico se ha vuelto el fuego desde que es amigo de las armas!
En el silencio de esta ciudad en ruinas
observo el tic tac de la vida.
¡A seres vestidos de latón hundiéndose en la tierra,
gusanos que cavan su tumba, mientras la televisión
pronostica que luna será un cementerio de estrellas!
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