Retornos de un Río

Con clara memoria de tu pasado vuelves al mismo camino de la llave
a esas tuberías de callejuelas incontables
charcos de óxido te intentan borrar la senda a casa
te abres paso aun así con tus pies de agua
con tus brazos de hilo transparente
y vuelves a tejer tu red en mis manos que ya te esperan
con el vago recuerdo de tu olor sobre su piel
caes, esta vez no en el precipicio de metales que te esperan  con sus ansias de devorar lágrimas aún                                                                                                                                                         vivas
caes en las rendijas que forman mis dedos con el vívido recuerdo de haber existido en mi mundo
es tanto tu afán de volver a  las torres de mi reino
aunque no tengan banderas, aunque sus caminos ya no tengan cloacas
para acoger las olas que vienen de tu cansado horizonte
abres senderos como el mar en la noche,
como el moho de sus entrañas, como su aliento de brisa y sal
y las heridas de mi cuerpo derriban sus compuertas,
llegas, esta vez no a los espacios vacíos que habitaste
y ya no te reconocen ni pueden alimentarse de tu sombra
llegas al corazón de mis penas, gato subterráneo sediento de dolor
y acaricias su lomo de rocas con tu espuma.
El eco de tus pasos tiene buena memoria
conoce bien el purgatorio donde petrificarse
quizá en las noches te abandonen sin tú saberlo
y mi cuerpo vuelve a ser sin yo saberlo  el repetido laberinto de fantasmas.

Ya no tengo ni más vida ni olor que darle a tus Cerberos,
ya no hay paisajes  vírgenes en mi piel,
ya no tengo espacio para albergar más muerte,
pero arriva la  oscuridad sin retraso
ora se aferra a una piedra, ora a las raíces infinitas del árbol de mi vida
abren tus pasos surcos en la arena de mi cuerpo,
me vuelvo mares sobre  mares
y soy lamento de las aguas nocturnas que atraviesan al silencio
olas de fuego que avivan el sueño de los pájaros.
tierra que  da luz a nuevos caminos  del pasado,
algun ave sonámbula me guía hacia tu rostro, lápida de tumba

Cierro la llave cierro la herida cierro al corazón
y mis ojos deslizan el muro del imperio,
y aun así vuelves o vuelven solos tus pasos
vuelven  para dejar sus húmedas cicatrices,
para incitar a los espectros que erraron el amanecer.
amanezco rociada como la tierra que has vagado en tu retorno
sobrecogida por el aullido de la luna que  delata el cuerpo despierto
la niebla de los sueños se disipa en los poros.
el reino la llave el mar, todo se va con la luz, contigo

Luz del día sobre las nuevas aguas que me  asisten
el sol acaricia sus olas y muestra deshechas las sombras en la arena
y  estás adentro como una gota de sangre que se escurre por la arteria rota
y vas hacia la vacuidad del sueño con  clara certeza de que vuelves.

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