Me dijo en su silencio que mañana saldríamos, pero escondimos el lugar para no vernos.

Mamihlapinatapai,¿dónde están las palabras más concisas?,
si allá afuera hay mares que apenas tocan las bocas,
si allá afuera apenas hay sonidos que juegan a ser símbolos,
aquí adentro donde se parte el mundo se llenan vasos con etiquetas de significante,
¿cuál es la región más inaudita?.

¿Adónde puedo ver un caer en océanos?,
¿dónde puedo verte sin deseo, sin esquimales que me avientan al calor?
¿dónde puedo sentarme y extenderme sin extensiones?
¿cuál región? ¿cuántas regiones?
¿cómo conectar mundos mudos por las urbes?,
¿cómo trazarme sin lápices?
¿cómo escribirte sin describirme, sin pensarme en tu pensar?.

Hay rutas fútiles que bosquejan salidas infectadas, reinos intocables, paseos de invisibilidades se amontonan en aquella cresta que fallece conforme las nubes se esconden, conforme las obras se vuelven estrellas y los panteones esnifan cuerpos mutilados por lo homogéneo, allí se agrietan y se conjugan entre si los lugares, las respuestas, el habla, las palabras. Volví de la grieta con gritos para soñar libros agrios por lo inscrito. A detenerme porque el yo se avienta muriendo sin saber que agrietado yace, sin escuchar que habla esperando al Otro. Y sin aquella espera, hay grietas y regiones inconmensurables, llantos que apenas son pensamientos, voces que van de lenguas a lenguas. Yámana no es ejemplo es un descubrimiento de espacios inexplorados por el monstruoso yo.

Hazte una pre-cita y que corra sin saber el lugar de la cita.

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