Larga oquedad de laberinto de flores azules 
En tus manos que caen al abismo de la noche
Para que circundes las esquinas del tiempo
Y dejes caer un ave en el nido de estos versos
¿Dónde acaecen ahora tus horas de lluvia plateada
Como filo de guillotina ante mis ojos?
Ninguna muerte te ha de seguir fielmente.
¿Aún parpadearan tus luciérnagas y cigarras
En las noches en las que no puedes dormir
Y tarareas la canción de las arañas tejiendo su próxima sábana de muerte
Y tu voz queda suspendida en el polvo iluminado por los ríos de luz?
¿Aún peinas con aroma de eternidad tu cascada de vino tinto
Y rosas muertas
En tu lecho de madera ahora? 
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