El Diccionario del Diablo — ASN-BAS

ASNO, s. Diputado o senador que vota leyes sin leerlas, o aún leyéndolas vota leyes en contra de los intereses del pueblo que se supone representa.

AUDACIA, s. Una de las cualidades más evidentes del hombre que no corre peligro.

AUSENTE, adj. Peculiarmente expuesto al diente de la detracción; vilipendiado; inevitablemente equivocado, sustituido en la cosideración y en el afecto de otro.

  Para los hombres un hombre es solo una mente.  A quién le importa. 
¿Qué rostro lleva o que forma viste?
Pero el cuerpo de la mujer es la mujer. 
Quédate, dulce corazón, y nunca te vayas,
Presta atención a  las palabras de advertencia que dijo el sabio:
Una mujer ausente es una mujer muerta

Jogo Tyree

AUSTRALIA, s. País situado en los Mares del Sur, cuyo desarrollo industrial y comercial, se ha visto increíblemente demorado por una funesta disputa entre geógrafos sobre si es un continente o una isla.

AUTOESTIMA, s. Evaluación errónea por la comparación inevitable con otros. Energía que corresponde a lo que uno consigue o atrae en la vida.

AUTOEVIDENTE, s. Evidente para uno mismo y para nadie mas.

AVERNO, s. Lago por el cual los antiguos entraban en las regiones infernales. El erudito Marcus Ansello Scrutator sostiene que de ahí deriva el rito cristiano del bautismo por inmersión. Lactancio, sin embargo, ha demostrado que esto es un error.

AYER, s. Infancia de la juventud, juventud de la madurez, el pasado entero de la senectud. Escenario recurrente de la mente

B

Baal, s. Antigua deidad muy venerada bajo distintos nombres. Como Baal era popular entre los fenicios; como Belus o Bel tuvo el honor de ser servido por el sacerdote Berosus, quien escribió la célebre crónica del Diluvio; como Babel, contó con una torre parcialmente erigida a su gloria, en la Llanura de Shinar. De Babel deriva la expresión “blablá”. Cualquiera sea el nombre con que se lo adora, Baal es el dios Sol. Como Belzebú, es el dios de las moscas, que son engendradas por los rayos solares en el agua estancada.

BACO, s. Cómoda deidad inventada por los antiguos como excusa para emborracharse, invocada aún por ciertos artistas sobre todo de arte dramático, músicos, escritores y uno que otro hipster.

BAILAR, v. i. Saltar al compás de una música alegre, preferiblemente abrazando a la esposa o la hija del vecino. Hay muchas clases de bailes, pero todos los que requieren la participación de ambos sexos tienen dos cosas en común: son notoriamente inocentes y gustan mucho a los libertinos.

BARBA, s. El pelo facial del hombre que a la mujer le encanta acariciar cual pelo de mascota. Pelo que suelen cortarse los que justificadamente abominan de la absurda costumbre china de afeitarse la cabeza.

BASILISCO, s. Cocatriz. Especie de serpiente empollada en el huevo de un gallo. El basilisco tenía un mal ojo y su mirada era letal. Muchos infieles niegan la existencia de este ser, pero Semprello Aurator vio y tuvo en sus manos uno que había sido cegado por un rayo por haber fatalmente contemplado a una dama de alcurnia a quien Júpiter amaba. Más tarde Juno devolvió la vista al reptil y lo escondió en una cueva. Nada está tan bien atestiguado por los antiguos como la existencia del basilisco, pero los gallos han dejado de poner.

Criatura mitológica que se ha vuelto un recurso en las novelas de fantasía modernas.

Mirada fatal: “Se enojó y me hechó sus ojos de basilisco”

Impactos: 1