Departamento de marchas

 

Cada día hay largas filas fuera del edificio,

desde antes de que amanezca se pueden ver,

ciudadanos, organizaciones, sindicatos,

vienen a pedir una calle, una plaza disponible,

van a apartar su recorrido y el horario que usarán,

todos formados esperando su turno de pasar.

 

Ir a tramitar una marcha es un calvario,

para cualquier sería un arduo aguante,

horas interminables de pie, sin distracción,

pocas secretarias encargadas de tomar los pedidos,

al final nada asegura la obtención del permiso,

las propuestas con frecuencia se traspapelan,

son negadas por falta de documentación.

 

Querer marchar es atenerse a toda la burocracia,

de una secretaría que no acepta sobornos,

que tiene la función de regular mítines y marchas,

pero con el verdadero propósito de negarlas;

está encargada de programar las caminatas, desfiles pautados,

que haya horario bueno y no afecte a nadie,

todas ellas con papeles sellados y legalizados,

que el aval para marchar sea parte de la parafernalia,

solo pueden existir con el visto bueno de gobernación,

cuando son aprobadas, para legitimar al departamento,

deben de pasar desapercibidas.

Impactos: 1